miércoles, 13 de julio de 2011

Te has ido inesperadamente Facundo

Nunca tuve el placer de conocerte, pero millones de personas escuchamos tu voz, tu clamor al mundo a través de tu canto, admiramos tus palabras cargadas de sabiduría.

Bastantes veces, Facundo, he alimentado mi alma con tus estrofas, sobre todo cuando me encuentro deprimido. También he reflexionado con tu modelo existencial de vivir la vida, el cual debería imitar, por ser tan efectivo y sencillo.

Desde pequeño he pronunciado tu nombre reiteradamente, no en silencio, sino enfático e intencionalmente para tararear tu canto, ese canto lleno de enseñanza, con tus palabras cargada de filosofía.

Hoy heredamos de ti un extenso diccionario de expresiones que acarician el alma, colmadas de alegorías de cómo vivir la vida sin dificultades.

También has dejado tus huellas de peregrino en los países que has visitado, y has recibido el respaldo incondicional del público, quizás por el simple motivo de que una vez dejaste bien claro tu procedencia, “no soy de aquí, ni soy de allá” y eso nos llena de orgullo, por esa razón te acogimos como hermano.

Quizás exagero, pero trajinaste por los países como un mesías, pregonando tu mensaje espiritual a donde quiera que llegaras. Pienso que algún día el mundo te lo agradecerá.

Eres un hombre lleno de música y, a veces, de insólitas anécdotas, de hermosa poesía y de estupendos relatos, estos atributos siempre quedarán indelebles en nuestro recuerdo.

Pasaran los años Facundo, y cada mañana te recordaremos como ahora, y cada vez que nazca un niño, nos acordaremos; cada vez que escuchemos un cantor, también te recordaremos; y como hombre justo que soy, también tengo el deber de recordarte, porque has dejado en nuestra conciencia colectiva tu música, tus increíbles interpretaciones de la vida y de cómo vivirla, y tus poesías como un maravilloso legado.

Aunque te hayas ido inesperadamente, como tú decías, te has mudado. Un día cualquiera “nos mudaremos” también, y allá seguiremos disfrutando de tu inmensa creatividad y de tus poesías.

Facundo, tenemos el deber de recordarte de la misma manera que “la felicidad es un deber”.

1 comentario:

jubidad dijo...

Muy bueno el articulo, pienso que estos Blogs, con el tiempo pueden resultar interesantes.